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······································································· Roulotte:09
······································································· Esto no es un museo. Artefactos portátiles y espacio social. Martí Peran
······································································· Museos con ruedas. Dos experiencias sobre el lugar del arte en la ciudad postfordista. Tomás Ruiz-Rivas
······································································· Prácticas artísticas movedizas. Pep Dardanyà
······································································· Con el museo a cuestas. Apuntes en torno a la crítica institucional ambulante. Joaquín Barriendos
······································································· Actos de territorialismo. Edgar Endress
······································································· Arte dentro de “La Movilidad” / El Museo Flotante. Edgar Endress
······································································· Pedagogies, Territories and Mobile Devices. Ramon Parramon
······································································· Del museo circulante al arte ambulante. Notas para una genealogía local de la portabilidad. Martí Peran
······································································· Proyectos
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Pedagogías, territorios y dispositivos móviles. Ramon Parramon

Este relato es consecuencia de una de las mesas de trabajo organizadas por el Museo Reina Sofía como una de las fases del proyecto Ceci n’est pas une voiture. Con el título Artefactos de acción directa se realizó un encuentro para discutir sobre procesos y herramientas que pretenden renovar los roles habituales del arte contemporáneo. La proliferación de iniciativas autorganizadas, que ahondan en las posibilidades derivadas de las prácticas artísticas en el espacio público, han permitido idear nuevos dispositivos que discurren de manera liminal entre distintos ámbitos institucionales. Dispositivos que en algunos casos se convierten en instrumentos de participación directa y al servicio de la investigación social, en otros son una extensión desplazada de la institución artística o que en sí mismos devienen  formatos expositivos itinerantes, unos dinamizan espacios otros lo mutan, unos son meros aparatos móviles mientras que otros son auténticas estrategias de acción directa. La primera cuestión que se plantea, como punto de partida al debate, es si la combinación entre dispositivos, movilidad y territorio pueden constituirse como agentes productores de conocimiento.

La mesa de trabajo “Pedagogías y territorios” se realizó los días 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2011. Participaron Antonio Collados, Yaiza Hernández, Javier Rodrigo, Aída Sánchez de Serdio y Ramon Parramon que asume el papel de relator. Es el primer día donde se plantean las primeras cuestiones que van trazando la ruta sobre la cual versará el diálogo, a veces discusión, pero en gran medida caracterizada por unos posicionamientos compartidos que permitió una construcción colectiva de conceptos. La suma de experiencias propias aportadas por cada uno de ellos actuó de telón de fondo para referenciarlas y a la vez desplegar el necesario sentido autocrítico que exige la valoración sintética. Todo este clímax es difícil de trasladar sobre papel pero será suficiente si se logra transmitir  algunas ideas, múltiples cuestiones, ciertas suspicacias para finalmente estructurar un mapa más o menos ordenado a partir de la experiencia dialéctica. Por tanto este relato funciona como un cierto eco de las sesiones de debate, organizado a partir de notas tomadas por las aportaciones de los participantes y reescritas a posteriori como relator, por lo que el texto no está exento de ciertas interpretaciones subjetivas propias de la tarea, y en el que se han incorporado referencias que he considerado oportunas. La mesa de trabajo tuvo momentos de intercambio con la segunda mesa organizada sobre la temática de la “Movilidad y el espacio social”. Estaba prevista una tercera mesa con el título “Otras institucionalidades. De la crítica institucional a la institución en crisis”, pero al final se acordó diluirla entre las dos mesas definitivas de “Pedagogías y territorios” y la de “Movilidad y espacio social”. En esta segunda participaron Joaquín Barriendos, Jesús Carrillo, Pep Dardanyà, Edgar Endress, Martí Peran, Matthias Rick y Tomás Ruiz-Rivas.

El hecho que de manera reciente y previa a la realización de estas jornadas se haya dedicado un número especial de la publicación Desacuerdos1 sobre el tema de lo educativo o el “giro educativo” de las prácticas artísticas, curatoriales e institucionales, y la simultaneidad de que muchos de los que participan en estas mesas de debate tengan un artículo publicado en ella –Jesús Carrillo, Javier Rodrigo, Antonio Collados y Aida Sánchez de Serdio–, convierten esta publicación en bibliografía imprescindible para complementar y ampliar muchas de las ideas que en este relato-resumen aparecen.

Nos interesa hablar de pedagogías y específicamente analizar las posibilidades de desplegar procesos educativos a partir de los proyectos que utilizan este tipo de aparatos, artefactos, artilugios, ingenios o en definitiva dispositivos que se activan en el espacio público. Las palabras pedagogía y educación que van a ir apareciendo en este texto son entendidas como sinónimas entre sí, conscientes de que no siempre significan lo mismo, pero sin ahondar en definiciones terminológicas2. De todas formas ambas son utilizadas con ciertos matices siempre en relación con las prácticas artísticas contemporáneas y de manera más específica en relación con los disposi-tivos móviles que forman parte de algunas de estas prácticas. Una de las definiciones que centran algunas de las cuestiones que irán saliendo es la articulada por Javier Rodrigo y Antonio Collados sobre el concepto de pedagogías colectivas, a raíz del proyecto Transductores. Concretan el término pedagogías colectivas a partir de proyectos que se mueven entre la educación, el arte y el activismo, que persiguen la transformación de problemáticas sociales concretas, mediante metodologías participativas, estrategias propias de la cultura visual y desarrolladas mediante grupos de trabajo interdisciplinares3.

Dispositivos

Dispositivos es un término presente a lo largo de toda la jornada y de este texto. Foucault y Agamben han teorizado y expandido el concepto de dispositivo del que nosotros de una manera mucho más modesta tomamos algunas referencias para utilizarlas de forma tendenciosa para los objetivos que se plantean en esta mesa de debate. Por ejemplo el sentido estratégico y las relaciones que se establecen entre un conjunto heterogéneo de elementos (discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, leyes, etc.4). Los dispositivos móviles que aquí nos ocupan, han sido generados desde un planteamiento que combina elementos como lo estético, el uso del espacio, la especificidad de lo local, lo político, lo subversivo, lo lúdico, lo colectivo o lo compartido, entre otros posibles. Son por lo tanto dispositivos que se fundamentan en una estrategia y que requieren el poner en relación alguno de estos elementos, es decir, se fundamenta en una red de relaciones compleja. Otra idea que nos puede interesar es la que plantea Agamben sobre la actual aglomeración de aparatos, fruto de la fase extrema de desarrollo capitalista, una acumulación de dispositivos de la que prácticamente nadie puede escapar, “no hay un instante en nuestras vidas que no esté modelado, contaminado o controlado por algún dispositivo”5. Muchos de los dispositivos contemporáneos tienden a la desmaterialización, por lo menos a una micro-materialización impulsada por las investigaciones tecnológicas que han conseguido sintetizar en un solo dispositivo múltiples herramientas como es el caso de los smartphones. Sin embargo los dispositivos que aquí estamos planteando tienden a una cierta escenificación, más que ser una prótesis del individuo, lo que persiguen es tener una presencia en el espacio público, llamando la atención, compitiendo con la publicidad, la comunicación de las marcas, los elementos significativos del espacio público comercial. Las tecnologías utilizadas tienden a la autoconstrucción, al reciclaje y a la precariedad de materiales, alejándose de las lógicas del mercado y de las patentes.  Podríamos plantear que mientras que los diminutos dispositivos tecnológicos tienden a una subjetivización de las relaciones, estos dispositivos persiguen una socialización basada en generar nuevas situaciones que activen relaciones basadas en estrategias temporales específicas. Estas actividades concretas podrán ser “socializadas” en el sentido de impulsar una comunidad de usuarios (públicos) que reactiven usos creativos del objeto, la metodologías o la estrategias.

?+ Un dispositivo móvil deambulando por el espacio público ¿Genera algún tipo de relación pedagógica? ¿Cómo se inicia un proceso colectivo y qué tipo de transferencias de conocimiento se pueden producir en un contexto de trabajo interdisciplinar?¿Es necesario establecer un mecanismo de coproducción del dispositivo mediante la activación de grupos de trabajo?¿Es necesario promover una apropiación compartida de las ideas, los objetivos y los procesos?

Dispositivos inversos

Las acciones basadas en transferencia de conocimientos, de reciprocidad, de intercambio de saberes, de mediación, de hablar y escuchar, pueden ser articuladas a través del concepto dispositivo inverso,  aplicable a algunos de los proyectos que se articulan en este tipo de prácticas artísticas que se llevan a cabo en un contexto o espacio determinado. Por ejemplo dos dispositivos inversos son el micrófono y el altavoz, el primero recoge sonido y lo transforma en electricidad y el segundo transforma la electricidad en sonido. A estos equipos se les llama transductores. Un transductor es un dispositivo capaz de transformar o convertir un determinado tipo de energía de entrada, en otra  diferente a la salida. De hecho este es el símil utilizado por Antonio Collados y Javier Rodrigo en el proyecto referido anteriormente. Un término que se utiliza también en la teoría de las redes sociales, que actúa como disparador, catalizador de cambios sociales y multiplicador que propicia el intercambio de conocimientos, nuevas formas de trabajar entre los implicados y abre nuevas posibilidades de transformación6.

Otro concepto similar al de los “dispositivos inversos” es el de “acciones reversibles”, utilizado en unas jornadas organizadas por ACVic en 2008 sobre experiencias que interrelacionan prácticas artísticas, procesos educativos y espacio social, que posteriormente fue recopilado en formato de publicación7. El concepto “acciones reversibles” hace referencia a la noción de reversibilidad entendida como la condición en que todos los elementos que actúan están presentes en diferentes grados de dependencia recíproca. En este caso, son prácticas artísticas que inciden en el espacio social mediante el desarrollo de acciones educativas, en las que subyace el propósito de incidir en el contexto pero en el que la propia práctica también se verá afectada por el entorno o los agentes implicados. El objetivo consiste en impulsar proyectos en el ámbito de las prácticas artísticas contemporáneas que se ponga en relación directa con la ciudadanía a través del espacio público, el espacio educativo o el trabajo social aplicado a contextos específicos.

El artista como dinamizador, catalizador, mediador, es una idea recurrente que es a menudo utilizada por un tipo de prácticas que provienen del ámbito del arte y que buscan legitimarse en un espacio que no les es natural, ya que por sí pertenecen más a la esfera de la mediación socio-cultural y en el que las acciones educativas juegan un papel importante. Se refiere a un tipo de proyectos que requieren desplegarse a largo plazo, donde es conveniente que artistas, mediadores o educadores generen equipos de trabajo, en los que se establezca una confianza con ciudadanos, grupos o individuos que viven o trabajan en el territorio de actuación. Sin embargo algunas causas pueden ser desfavorables para su implementación, por ejemplo, la circunstancia de que el ámbito artístico y el socio-educativo pertenecen a instituciones que no siempre son permeables entre sí, otra causa puede ser la falta de financiación, cuando el presupuesto es escaso se facilita que el artista asuma una multitasking. Esto debilita que se articule un trabajo en equipo, basado en la cooperación y en la distribución de tareas. Otro elemento es la tensión existente entre los tiempos y los ritmos, es importante cuidar los distintos momentos del pre, el durante y el post. Las aciones programadas a largo plazo requieren de una presencia prolongada en el lugar y cuidar las relaciones generando espacios de reciprocidad, todos ellos elementos necesarios para crear interfaces que permitan la activación de propuestas creativas basadas en compartir metodologías, herramientas y establecer una red de conexiones y proyectos que faciliten su continuidad en el territorio. El trabajo educativo es un trabajo a largo plazo, de construcción de estas articulaciones o relaciones sociales antes, durante y después del proyecto; es un tiempo diferente de la espectacularización y festivalización celebratoria de la cultura.

?+¿Hasta qué punto las instituciones apoyan proyectos con una perspectiva de trabajo a largo plazo? ¿En qué medida ellas pueden, deben o quieren asumir el papel de mediación de manera interna? En un momento de reajustes económicos ¿cómo se justifican estas actividades financiadas en mayor parte por fondos públicos? ¿Cuales serían los indicadores de impacto social que permitan evaluar este tipo de prácticas? ¿existe una tensión entre entender este tipo de prácticas como un servicio público o plantearlas desde una lógica de investigación y experimentación?

Dispositivos de código abierto

Una de las experiencias contemporáneas que más claramente ha provocado transformaciones en el contexto social, político y cultural, es el conjunto de prácticas que construyen herramientas y  software de código abierto. Un mecanismo basado en el hecho de compartir los resultados y los procesos, y donde los logros alcanzados por un grupo o un individuo, son a la vez puntos de partida para otros. Una sucesión encadenada de elementos en los que se mezcla la creatividad, la habilidad y la producción material, construida y consumida desde la experiencia compartida, generando  comunidad de usuarios e incluso instituyéndose como movimiento social. 
Uno de los elementos pensados directamente para el usuario, que permite la generación de contenidos y que se basa en la experiencia colectiva es el wiki. Un sitio web que permite la creación y edición de cualquier número de de páginas web interconectadas entre ellas, que comparten un lenguaje común y que facilita el acceso y el control colectivo. 
Desde esta perspectiva compartida, se plantea la traslación al espacio urbano, donde herramientas, tácticas y prácticas colectivas autogestionadas pueden ser aplicadas a la construcción de proyectos creativos que inciden en las dinámicas sociales de la ciudad. 
Algunos de estos dispositivos móviles se articulan en esta opción de nodo, con el fin de crear nuevas estrategias compartidas que pueden modificar el contexto social y cultural.

Institución arte e institución educativa

Es evidente que existen un tipo de prácticas que interrelacionan lo artístico, lo educativo y la acción en el espacio social. Este tipo de prácticas han sido incorporadas en los espacios institucionales, tanto artísticos como educativos. A veces las relaciones entre ambos pueden estar basadas en instrumentalizaciones mutuas, pero esto es también legítimo en un espacio de negociación que responde a unas expansiones de sus límites y a unas necesarias conexiones con lo social. Mientras la institución educativa (en términos generales) está realizando un exponencial giro hacia la empresa, parece que la institución arte tiende a seguir expandiendo sus límites de acción en distintas direcciones. Cuando esto límites invaden el territorio educativo, puede surgir la duda de si los fines son únicamente para una legitimización social o responden a una nueva lógica de producción. Las relaciones entre institución arte e institución educativa deben realizarse desde el ámbito de la investigación, producción, debate y no solo desde el de la exhibición, si lo que se persigue es introducir nuevas dinámicas. Habitualmente los centros de arte tienen un enfoque que exige unos resultados concretos (exhibibles, publicables) que no coinciden con los objetivos procesuales, experienciables de lo educativo, que a su vez está alejado de producir representaciones. También ocurre  que los técnicos culturales en el ámbito de lo educativo no tienen reconocimiento ni tiempo para dedicar a la producción de reflexión y conocimiento sobre su trabajo. Cuando se ponen en marcha proyectos que ponen en relación la esfera artística o la educativa debe de tomarse en cuenta los objetivos propios de cada ámbito y los comunes. Distintos tiempos, distintos procesos, distintos resultados pueden, en un momento dado sintetizarse, conceptualizarse y formalizarse a partir de unos modos de hacer multiplicados por la propia interrelación. A su vez, desde cada ámbito, se puede dar cuenta de los objetivos específicos por los que se ha activado una práctica compleja, que  aglutina distintos perfiles y participantes.

?+ ¿Para qué se propone la relación entre la esfera educativa y la artística? ¿A quién, con quién se está estableciendo esta relación? ¿Son los objetivos de la institución artística y la institución social los mismos? ¿Cómo se transforma un proyecto cuando transita de lo artístico a lo social (o viceversa)? ¿Como se reproduce o recrea?¿Son las instituciones culturales el brazo ejecutor de las organizaciones sociales?

Mecanismos de porosidad

Este tipo de trabajos que combinan elementos artísticos y educativos que inciden en el espacio social vienen mediados por aspectos relacionales que se establecen con individuos, grupos o comunidades (sociabilidad) y los elementos propios de especificidad del lugar (simbólicos, históricos o temáticos). Estamos hablando de un tipo de proyectos fundamentados en procesos, que en algunos casos aspiran a establecer relaciones a largo plazo con el contexto en el cual se activan, que producen una actividad significativa en términos simbólicos, históricos o temáticos y que se cruzan directamente con otras actividades creativas que se llevan a cabo en el lugar. Para que cualquiera de estas “prácticas” se socialice es necesario que una comunidad de usuarios la reproduzca de forma innovadora. Es decir, que a partir de un proyecto inicialmente piloto y desencadenante de una acción en el ámbito del espacio público, pueda ser apropiado por la ciudadanía y reproducido con nuevas variaciones. Estaríamos hablando del espacio público como un territorio de porosidad entre la institución artística, la institución educativa y la ciudadanía, un espacio que es a la vez dentro y fuera, el lugar donde se construye la comunidad y en el que puede desprenderse una interacción creativa. Por tanto en este sentido no estaríamos hablando tanto de espectador o usuario como de “ciudadano participante” o “comunidad participante”. Las prácticas estéticas permanecen alejadas de la mayoría de personas, y las políticas culturales han promovido demasiado a menudo la construcción de grandes palacios o templos de la cultura. Decisiones que no han facilitado la existencia de membranas semipermeables que permitan la multidireccionalidad entre las prácticas estéticas y la vida cotidiana, entre el dentro y el afuera, entre la producción creativa y la reproducción creativa. Urge la activación de programas que contaminen en múltiples direcciones y en este sentido tienen un gran papel las prácticas creativas que incorporan la educación, el arte, el activismo y que se desarrollan en este complejo concepto que hemos determinado en llamar espacio público.

El deseo de cambio social está implícito en muchas de las prácticas referidas anteriormente y debería estar explícito en las políticas culturales, pero algo que puede acelerar de manera clara este proceso de cambio es la capacidad de la ciudadanía para tomar partido de forma creativa. Ante esto las prácticas artísticas y las educativas pueden tomar parte mediante su tradición crítica y fomentando procesos que activen mecanismos basados en la creatividad colectiva, siempre que lo hagan desde un planteamiento de implicación conjunta y situándose en un espacio de porosidad compartida.

Los dispositivos móviles son elementos formales que participan de una estrategia de acción que es y debe ser mucho más amplia y compleja, pueden contribuir a dar visibilidad a esta trama tensional de conceptos que hemos intentado transmitir a partir de este relato como: hacer-reproducir, arte-educación, proceso-resultado, servicio público-experimentación, articular-desarticular, apropiación-distribución, comunidad práctica-institución total, multitasking-especialización, autoreferencialidad-redes, largo plazo-acción directa, autogestión-institucionalización, dentro-fuera… Conceptos que referidos a la práctica real no pueden plantearse como polarizaciones si no a partir de gradaciones entre ambos. Tensiones liminales que provocan  desplazamientos tanto de la práctica artística como de la educativa y que afectan a las estrategias, los procesos, los tiempos, los usos, los públicos y que reclaman establecer o incrementar mecanismos de porosidad institucional entre ambas prácticas.

?+ ¿Seremos capaces de incrementar la permeabilidad entre las prácticas artísticas y las educativas? ¿Conseguirán ambas una mayor interacción en el espacio social? ¿Como pueden ciertos proyectos incidir en estructuras más complejas o institucionalizadas? ¿Cual es el futuro que nos depara en el marco de un poder controlado por el mercado?

Texto de Ramon Parramon a partir de la mesa de trabajo con  Antonio Collados, Yaiza Hernández, Javier Rodrigo y Aída Sánchez de Serdio. Diciembre 2011

1        VVAA. Desacuerdos 6. Sobre arte, políticas y esfera pública en el Estado Español. Arteleku, Centro José Guerrero, Museu d’Art Contemporani de Barcelona, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Universidad Internacional de Andalucía – UNIA Arte y Pensamiento, 2011

2        Por ejemplo Fernando Hernández, en un artículo publicado en la misma publicación Desacuerdos 6, plantea que no es lo mismo, mientras lo pedagógico consiste en la producción de experiencias de identidad, y por lo tanto cualquier espacio de relación, institucional o no, es pedagógico, lo educativo busca construir ciudadanos de la república y es el resultado de la alianza entre tres instituciones, estado, escuela y familia. Alianza venida a menos desde los años 70 y que no encuentra una alternativa. Lo educativo consta de una mirada pedagógica, pero no todo lo pedagógico es educativo. Op. cit. (p.279)

3        http://transductores.net/?q=es/content/info-transductores

4        “Lo que trato de situar bajo ese nombre es, en primer lugar, un conjunto decididamente heterogéneo, que comprende discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas; en resumen: los elementos del dispositivo pertenecen tanto a lo dicho como a lo no dicho. El dispositivo es la red que puede establecerse entre estos elementos.” Foucault, Michel. Saber y verdad, Ediciones de la Piqueta, Madrid, España, 1985.

5        Agamben, Giorgio . ¿Qué es un dispositivo? En Contextos, pretextos y apetencias desde Alejandría. http://espectroalejandria.wordpress.com/tag/michel-foucault/

6        http://transductores.net

7        Parramon, Ramon, Rodrigo, Javier. Coord. Acciones Reversibles. Arte, Educación, Territorio. ACVic, Centre d’Arts Contemporànies. Vic, 2009